cuánto
vas a dolerme, mi amor.
cuántos
días sin dormir, cuántos meses sin amar
sin
ningún amor
sin
amor por el amor
luego
de perderte
el
día después que decidas
que
ya no más
que
te volvés
que
ya no vas
que
no querés.
amor
mi
amor
mi
único mi más
mi
pedacito de pulmón
mi
no duermo si no estás
mi
no te vayas nunca por favor
mi
casate conmigo todas las mañanas
¿qué
me vas a enseñar?
que
no se tiene nada
ni
siquiera lo más propio
lo
más profundo
lo
irremovible
no
se tiene
me
vas a enseñar que las cosas son injustas
y
por tanto
que
no hay que esperar nada de las cosas
ni
siquiera a ellas hay que esperarlas
ni
que vengan
ni
que vuelvan
pero
que hay que disfrutarlas furiosamente
amarlas
como amo cada momento al lado tuyo
sin
mezquinar una gota del ser
pero
sin pretenderlas
siquiera
ahí
al día siguiente.
qué
me vas a enseñar, vos a mí
a
mí que realmente
no
quiero aprender nada
a
mí, que quiero amarte
con
la fuerza absoluta de la ignorancia
a
mí, por favor
no
me enseñes a olvidarte.
a
mí, decime, ¿cuánto vas a dolerme?
¿vas
a dolerme la inocencia?
¿me
vas a doler la salud?
¿vas
a dolerme las tardes de acá hasta diciembre?
vas
a dolerme los jueves
todos
los jueves
que
me despierte y no estés
hasta
cuando, senil y melacólica,
aún
crea en la promesa
de
envejecer sordos y juntos.
a
dónde carajo voy a ir, mi amor
el
día después de que decidas
unilaterlamente
que
esto se termina,
el
día después de que me rechaces
a
mí
y
a todo lo mejor que he dado
a
todas las palabras con que intenté
inclinar
tu inexorable balanza
mimar
las llagas de tu piel café
torcerte
aunque sea un poquito el destino que te labraste
a
dónde a dónde
vamos
a ir yo
y
el cuerpo que llevo a cuestas
vacío
y plomizo
a
dónde, mi amor
si
estás en todos los putos lados.
vas
a dolerme el exilio sentimental
vas
a dolerme ahí justito en la cobardía
que
me hace armar un bolso cuando me duele mucho
en
la imposibilidad de caminar sobre nuestros viejos pasos
grabados
en la facultad
en
las calles de mi barrio
en
las casas de mis amigos
en
mi bar preferido
en
la ropa que me sacaste
en todos los tangos que hablen de amor
en todos los tangos que hablen de amor
vas
a dolerme en el lugar de la cabeza
que
voy a darme una y otra vez contra la irrevocable pared
de
tu abandono
en
el desconsuelo de saber que si no sos vos
no es nadie más
de
que me dejás sin razones
me
negás hasta las palabras
te
llevás la chance más real de ser felices
que
la vida nos da
vas
a dolerme incluso cuando ya no duelas
en
las terminaciones nerviosas
que
necesariamente habré de cortar
para
dejar de sentirte
en
el pedacito de miocardio sin oxígeno
que
latía a tu par
en
las neuronas perdidas
donde
almaceno la ubicación de tus 347 hermosos lunares
y
reconstruyo sin dificultad
cada
segundo que pasó desde el primero en que te vi.